Busqué un sitio alejado del ruido mundano donde poder pensar largamente y expiar mis culpas con tranquilidad y no se me ocurrió mejor lugar que el desierto porque (válgame la redundancia) estaba desierto. Pero cuando me encontraba en medio de mis más profundas reflexiones espirituales me encontré con que no estaba sola, pude ver a una muchacha disfrazada de chico corriendo con un Vaniluxe. La chica se paró en seco al verme, y yo dejé de observar el movimiento de las doradas arenas para fijarme en lo adorable que era el pokémon que la acompañaba... antes de decir nada ella ya me estaba gritando. Entonces rebusqué en mi mochila mi kit del desierto, donde llevaba los utensilios más imprescindibles para aquel lugar y saqué una pistola (que a simple vista parecía normal) y disparé hacia el cielo una bengala luminosa. La chica del Vaniluxe soltó a su amigo del susto y yo aproveché para agarrarlo y salir corriendo.
Corrí durante horas sin rumbo fijo... no me gustan los lugares públicos pero como ya no podía volver a mi amado desierto no sabía hacia dónde dirigirme. así que finalmente decidí salir del país en el que me encontraba ya que me aburría de tal manera que ya ni sabía donde más ir. Compré un billete de avión para viajar a los Alpes, y cuando me encontraba ya al pie de una montaña vi a alguien mirándome sospechosamente tras unas gafas de esquiador, así que tomé el frío aliento de la montaña y exclamé: ¡NO TE ROBES A MI VANILUXE!
Corrí durante horas sin rumbo fijo... no me gustan los lugares públicos pero como ya no podía volver a mi amado desierto no sabía hacia dónde dirigirme. así que finalmente decidí salir del país en el que me encontraba ya que me aburría de tal manera que ya ni sabía donde más ir. Compré un billete de avión para viajar a los Alpes, y cuando me encontraba ya al pie de una montaña vi a alguien mirándome sospechosamente tras unas gafas de esquiador, así que tomé el frío aliento de la montaña y exclamé: ¡NO TE ROBES A MI VANILUXE!
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